El síndrome de la impostora y el sobresfuerzo en la mujer.

«GATA ARQUEADA. El síndrome de la impostora y el sobresfuerzo en la mujer«, es un artículo de Esther Burgos, gestaltista con 25 años de experiencia coordinando grupos de desarrollo personal y movimiento para mujeres.

En este texto Esther nos cuenta partiendo de su experiencia profesional cómo «el síndrome de la impostora» se ancla en la vida de las mujeres y cómo desarrolla varios mecanismos de defensa que dificultan una relación sana con los propios deseos y los propios lugares de conocimiento y éxito que habitan, o que podrían habitar.

Podéis descargar el artículo aquí:

«Pauline Clance y Suzanne Ines, investigadoras de la Universidad de Georgia, pusieron el nombre del “síndrome del impostor” o “farsante intelectual” a estas vivencias, cuando descubrieron que la mayoría de las mujeres, dentro del mundo académico, sentía que sus logros se debían a la suerte o al error de otra persona. Temían ser desenmascaradas por no estar lo suficientemente preparadas para su puesto, temían parecer un fraude, y no se sentían merecedoras del reconocimiento si habían conseguido ser exitosas«.

«Clance y Ines lo atribuyeron a la presión y competencia que vivían esas mujeres al estar en minoría en entornos tradicionalmente masculinos: academia, puestos ejecutivos, entornos competitivos. Es de difícil diagnóstico pues son situaciones que se viven en soledad, y a veces de manera muy sutil».

Tal y como nos dice Esther, «las mujeres rechazan el término ya que lo relacionan con mujeres malas (…), y se nos ha enseñado que (…) nosotras somos mujeres buenas, niñas buenas. Pero cuando les explico que alguna de las causas son el perfeccionismo y la poca autovaloración, se identifican«.

La falta de autoestima está aceptada entre las mujeres, es algo casi esperado en el discurso social. (…) la ambición y la autovaloración no están tan permitidas, quizás un poquito, lo justo para no destacar en exceso; la ambición discreta, podríamos llamarlo».

Esther Burgos

«Aunque el síndrome del impostor no tiene género, los datos nos dicen que son las mujeres quienes lo sufren más. Está claro que el vivir en un sistema patriarcal afecta a la distorsión de la percepción que se tiene de una misma: diferencia salarial, difícil conciliación, techo de cristal, exigencias de la imagen corporal, cosificación, hipersexualización, estereotipos de género, mitos románticos, violencia de género, machismo… La educación, la cultura y los mensajes que aprendemos a medida que crecemos son, disimulada o descaradamente, estereotipados».

La imagen de la cabecera es de la ilustradora Ana Cebrián, os aconsejamos que paséis por su perfil y disfrutéis de todo su arte.

Un comentario sobre “El síndrome de la impostora y el sobresfuerzo en la mujer.

  1. Gracias Esther por este maravilloso artículo que habla tanto de mi. Ha sido una sorpresa muy agradable ver expresado de una forma tan clarificadora, tanto en tu articulo como en el artículo al que te remites, un sentimiento que tengo identificado de hace tiempo y que pensaba que era muy particular mío. Como mujer ingeniera me he tenido que esforzar enormemente toda muy carrera profesional para sentir que estaba a la altura en un mundo tan masculinizado y machista. Gracias porque tu historia me hace recordar que estoy procrastinando y que empiezo tener la sensación de haberme quedado sin proyecto vital. Gracias por recordarme que mi trabajo es valioso y único dentro del ámbito en el que me muevo y que hace falta urgentemente una ingeniería feminista.

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